Sartori se pregunta: << ¿si fuese posible la democracia directa y participativa de los antiguos, sería preferible? >> Como todos sabemos, el maestro lo dudaba muchísimo, para él, la democracia liberal aportaba un valor fundamental, la “libertad individual”, sin la cual hoy en día no se entiende que un sistema sea democrático.
Incluso su autor más reconocido, Rousseau, admitía que sólo era posible en sociedades muy pequeñas. Hoy en día, todas los países donde se ha intentado aplicar este modelo han terminado utilizándola de una manera plebiscitaria, para consolidar al líder populista
Actualmente el prestigio de la democracia es tan absoluto, que todos los que NO CREEN EN ELLA, no la atacan de forma frontal, sino que como en el caso de PODEMOS, crean su propio modelo de democracia, que consiste básicamente: <<Si ganamos las elecciones el pueblo ha acertado y por tanto vivimos en una auténtica democracia; si perdemos las elecciones esto es debido a las fuerzas reaccionarias que tienen secuestrado el Estado, por tanto y como nosotros somos los representantes auténticos del pueblo, estamos legitimados para derrocar el sistema, incluso, mediante la violencia. Con este objetivo están siempre de acuerdo con cualquier grupo político que ataque el sistema, separatistas, terroristas, anticapitalistas, etc. >>.
Como grandes politólogos que dicen ser, deberían saber que la Democracia, se apoya en tres pilares, conseguidos con mucho esfuerzo a lo largo de la historia:
1º. El primero, y sin seguir un orden histórico, sino un orden jerárquico, es el “respeto a los derechos humanos”, incluido el de la propiedad privada, reconocido incluso por el famoso “derechista” Robespierre en su “Proyecto de Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” del 24 de abril de 1793, en la Convención.
2º. El segundo es el “respeto a las leyes”, obsesión en toda su obra de un tal Montesquieu. El cuál, en su clasificación de los “tipos de gobierno” jerarquiza a éstos en función de si se atienen o no a leyes. Refiriéndose a los que no lo hacen como gobiernos despóticos.
3º. El tercer pilar lo constituye la “Soberanía popular” la cual debe estar limitada por los dos principios anteriores. Como dice Tocqueville: <<No hay, pues, en la tierra autoridad tan respetable por sí misma, o revestida de tan sagrado derecho, como para dejarla obrar sin control y dominar sin cortapisas. Así, cuando veo conceder el derecho y la facultad de hacerlo todo a un poder cualquiera, llámese pueblo o rey, democracia o aristocracia, digo: he ahí el germen de la tiranía, y procuro irme a vivir bajo otras leyes>>
Fdo: Damián Carmona – Presidente FSC
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